Los secretos de la poda ornamental



Muchos de esos grandes jardines que rodean algunos famosos palacios de Europa han sido perfectamente recortados por jardineros expertos. Sobran los ejemplos: desde Versalles a los jardines del palacio Schonbrunn, de norte a sur y de este a oeste.

En ellos se aprecia como en ninguna otra parte los efectos de la poda ornamental, un tipo de poda que apunta a las formas.


Podar, un arte

La poda ornamental también es conocida como poda topiaria y se trata de un arte que consiste en dar una forma determinada a una planta o arbusto estudiando muy bien las brotaciones y recortando aquéllas ramas y hojas que alteran la forma que se quiere conseguir.

Si bien está muy presente en los grandes jardines europeos, muchos de ellos de formas geométricas, es un tipo de poda que también es muy practicada en los jardines japoneses.

Sólo así se conseguirán esas formas particulares: conos, esferas, obeliscos y hasta animales y figuras precisas.

El gran secreto de la poda ornamental es el cuidado diario para así no permitir que los brotes no crezcan más de 15 cm. pues entonces se perdería la forma. La frecuencia de corte tiene relación con la especie y su velocidad de crecimiento. Algunas exigen un corte mensual mientras que en especies de crecimiento lento basta con recortas dos veces al año.
Estructuras de base

n algunos casos, se necesitará recurrir al uso de mallas metálicas para sostener una forma determinada. Estas mallas tienen la forma de la figura y luego son recubiertas con la planta que es precisamente recortada para así seguir la fisionomía.

Si bien la poda ornamental puede ser realizada a mano, utilizando unas tijeras afiladas y con buen ojo y gran experiencia a cuestas, es muy común que además se recurra a diferentes armazones para así crear las formas. Si bien las mallas metálicas son las más usadas, también se utilizan bases de hierro o madera, incluso alambres, cuerdas y tablas.

Via jardineriaon.com

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