Jardín Xerojardinería, jardín ecológico


Este concepto está de moda. Lo está porqué cada vez son más escasas las reservas de agua y diseñar un jardín con pocas necesidades de riego es ecológico además de ser económico.

En el momento de planificar nuestro jardín, lo primero que deberemos hacer es dibujar un plano de superficie y distribuir las plantas que queremos plantar según sus necesidades de agua. Un jardín ecológico es aquél que se está estudiado para adaptarse perfectamente a la climatología del lugar, por lo que lo más idóneo es escoger las plantas autóctonas, es decir, las que crecen de forma natural en el terreno.

Zonas

Básicamente distinguiremos tres tipos de plantas o zonas en nuestro jardín: las que necesitan mucho riego, las de riego moderado y las plantas de secano. Para hacer el jardín lo más ecológico posible la zona más amplia deberá ser la de plantas de secano, pero de forma puntual podremos poner algún rincón con plantas con más necesidad de agua y también de medio consumo de agua. Para mantener la humedad y evitar derrochar agua, las plantas con más necesidad de riego podrán estar distribuidas alrededor de zonas de sombra que combatan el fuerte sol de julio y agosto. Los márgenes del césped (si lo hay) son también un lugar idóneo para agrupar algunas flores o plantas con alta necesidad de agua, ya que es ahí dónde se acostumbra a acumular un alto porcentaje de la humedad.



Suelo
El estudio del PH del suelo base de nuestro jardín es otra de las principales acciones que deberemos hacer al principio. Determinar si el suelo es arenoso, arcilloso, si tiene un buen drenaje e incluso si está bien compensado de materia orgánica, será tambien de crucial importancia para conseguir un jardín ecológico con éxito. Es fácil corregir los excesos si se conocen, por lo que será necesario conocer a fondo las características de la tierra que acogerá nuestra obra maestra.

Multiplicar el agua

Los suelos arcillosos expulsan el agua, no la dejan penetrar. Demasiado drenados son también poco eficiente a nivel ecológico, puesto que perderemos mucho agua con rapidez. Aprovechar al máximo el agua de la lluvia es posible gracias a unas substancias que retienen la retienen como los polímeros o los hidrogeles, que consiguen absorber una gran cantidad de agua puesto que multiplican hasta cuatrocientas veces su peso.

Acolchado

No sólo con retener agua tendremos suficiente. Hay otra técnica básica de la xerojardinería: el acolchado. Esta práctica, que consiste en tapar con paja u otros materiales, las plantas incipientes para favorecer su crecimiento y desarrollo. El acolchado se puede hacer con varios materiales, desde paja hasta corteza de pino y nos permitirá evitar que el agua se evapore, que broten malas hierbas, y mantener el calor de la tierra que fomentará el crecimiento de microorganismos, muy favorables para tener una tierra buena y fértil.

Riego
Cuando y como regar son dos conceptos básicos para tener éxito en la xerojardinería. Principalmente deberemos hacerlo temprano por la mañana o al atardecer, nunca en pleno sol. Escoger el tipo de riego es un principio esencial. Lo haremos en función del suelo del que disponemos. Si es un suelo arcilloso, regaremos a menudo y poco. Si por el contrario es arenoso, instalar un gota a gota es lo más indicado.

Enemigos del agua

En el jardín existen ladrones de agua, como por ejemplo las malas hierbas. Si las eliminamos, favoreceremos que nuestras plantas crezcan con más vigor. Plantar en otoño es mejor que hacerlo en primavera, puesto que el invierno y la posterior primavera se ocuparán de hacer crecer las plantas y para la primavera ya estarán erguidas y en pleno crecimiento. Si lo hacemos en primavera deberemos intensificar el riego en verano.

En general, la xerojardinería no se trata de tener un jardín dejado ni de no regar, sino de emplear el agua que sea justa y necesaria. Esta práctica, nacida en Estados Unidos fruto de una gran sequía en los años 70, está empezando a implantarse en España como consecuencia de los últimos veranos secos. Probarla, hacer nuestro entorno más ecológico no sólo ayuda a la economía casera, ayuda a los recursos generales de la Tierra, nuestro más grande tesoro.

Fuente: www.portaldeljardin.com

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