El árbol del olivo

 Uno de los árboles más bonitos de todos los que podemos disfrutar es el del olivo; y al margen de su belleza tenemos que hablaros de su “función” en nuestra alimentación si bien nos proporciona olivas, de las que podemos alimentarnos y de las que extraemos el famoso aceite de oliva, esencial en nuestra dieta mediterránea.

El olivo también conocido cómo Olea europaea, es un árbol de la familia de las oleáceas y que cómo digo cuenta con la gran “fortuna” de que podamos disfrutar de su fruto.

Características principales del árbol del olivo:

    El árbol del olivo, es un árbol muy alto, que puede llegar a medir unos 15 metros de altura. Su tronco de color gris claro, está lleno de protuberancias y fisuras, que van en aumento a medida que se hace mayor.

    Sus hojas son opuestas, blanquecinas por el revés y de color verde brillante por su frente. Con flores pequeñas y de gran fragancia.

    Tiene por fruto las mencionadas aceitunas. Presentan tamaños diferentes, según las variedades. En sus comienzos son de color verde, y a medida que maduran se vuelven negras.

    En España este árbol es muy común en la cuenca mediterránea y en las regiones de clima suave. Actualmente, el 95% del terreno mundial cultivado se encuentra en el área mediterránea, por lo que resulta más que evidente la importancia que esta especialidad tiene en nuestro pais, ya que (repito) su fruto es quizás la base de nuestra cocina.

    El olivo se ramifica a escasa altura y sus ramas tienden a dispersarse. Requiere mucho sol y rehuye la humedad. El suelo debe ser profundo pero seco.

Orígen y desarrollo del árbol del olivo:

    El olivo es uno de los cultivos tradicionales más antiguos de la cultura mediterránea. No se puede precisar el sitio exacto donde se cultivó por primera vez. Aunque según las investigaciones sus orígenes se encontrarían 4000 años AC.

    La figura de este magnificente árbol aparece en monumentos egipcios, como la tumba de Tutankhamon. En la cultura judía, en el episodio de crucifixión, que fue llevado a cabo en un campo de olivos.

    Fue considerado por griegos y fenicios un árbol sagrado y mágico. En la ciudad de Atenas, el olivo era la planta principal y decoraba completamente los jardines. Quién hiriese o cortara éste árbol, sufría la pena del destierro.

    Así es como el creador de un fruto tan común entre nosotros, tiene historia y mágicas anécdotas, que debemos preservar con un buen cuidado. Para ello es necesario conocer sobre sus faenas. Uno de las practicas de se deben llevar a cabo de una forma adecuada, es la poda.

La poda del olivo:

    El olivo, al igual que el resto de los árboles necesita y tiene épocas de poda. Existen varias clases de poda. La poda de instalación; una de reforma, otra poda de rejuvenecimiento, y una poda productiva y en algunos casos una poda total.

    Además lo habitual es que se pode en el mes de septiembre, y siempre de manera anual o bianual dependiendo de crecimiento.

    Cuando el árbol es todavía joven le podemos dar lo que se conoce como la “poda de instalación” y que es una primera poda para que las ramas y el árbol no sólo cojan forma, sino que además para que las ramas vayan creciendo.

    Si  el árbol ya tiene unos años, le podemos dar una poda de reforma o de producción,  poda que es leve y que principalmente nos permitirá el poder obtener su fruto sin lastimar al árbol.

    Si el árbol es viejo, se le da una poda más drástica para rejuvenecer el árbol,lo que se conoce como la mencionada “poda de rejuvenecimiento”.

    Existen distintos factores a tener en cuenta a la hora de podar el olivar o un olivo, ya que tenemos que saber que suele hacerse de modo que podamos conseguir que el ejemplar tenga una forma uniforme y equilibrada. Para ello eliminaremos aquellas ramas que sobresalgan del diseño general.

    Las principales ramas a eliminar serán aquellas que impiden acceder al interior del mismo, imposibilitando faenas de cultivo como la fumigación o la recogida de la aceituna. Además, también se tienen que eliminar aquellas ramas entrecruzadas que cierran la copa en el interior de la misma.

    La poda permite además que se facilite la entrada del sol, necesaria para el buen crecimiento de los frutos y para una floración abundante. En este caso deberémos seguir lo antes mencionado para saber qué ramas son las que se tienen que eliminar.

 El abonado del olivo:

    Al margen de la poda y otros cuidados que tiene que recibir el olivi, tenemos que decir que es importante el que se realice una fase de abono.

    Para ello se ha de hacer mediante un abono granulado y que esté compuesto y que sea rico en nitrógeno, fósforo y potasio, y una vez al año, en la época del invierno entre los meses de noviembre y marzo.

    En cuanto a la cantidad de abono que tenemos que utilizar, hay que decir que depende de muchos factores, aunque lo que podemos hacer para que resulte efectivo es el echar medio kilo por árbol durante el primer año, y de abono rico en nitrógeno, y espolvoreando por todo el alrededor del tronco y por debajo de la copa.

    En el segundo año ya podremos utilizar un kilo por árbol. Si tenemos un olivo de grandes dimensiones, tendremos que abonar con cantidades más grandes y según consideremos, y combinando el nitrógeno con el fósforo y el potasio.

    Para los árboles del olivo más grandes se ha de espolvorear  fuera de la copa para evitar que la hierba crezca junto al tronco. Eso sí, este tipo de abono no lo podemos utilizar los dos o tres primeros años ya que las raíces son muy cortas para alcanzar el abono que queda a cierta distancia del tronco.

    Y si tenéis estiércol es mejor abonar con ello cada dos años.

Via esjardineria.com

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