El jacinto

El jacinto, una flor mitológica

El jacinto, con su vivo color morado y la frescura que aporta, es uno de los bulbos preferidos para plantar en nuestro jardín o dentro de casa. Como tantas otras flores, además, su nombre tiene su origen en una historia mitológica.

¿Quién era Jacinto en el corpus de la mitología griega? Antes de convertirse en la alegría de nuestro jardín, lo cierto es que la fue nada menos que del dios Apolo. Él y Jacinto, que era un joven de extraordinaria belleza, estaban profundamente enamorados.


Cierto día, mientras ambos jugaban a lanzarse el disco (un deporte, como sabemos, muy popular en la Antigua Grecia), Apolo lo lanzó a su amante con tantísima fuerza que le golpeó y le hizo caer muerto.

La leyenda cuenta que el desgraciado incidente fue causado realmente por el viento Céfiro, que estaba enamorado también de Jacinto y celoso de su felicidad; él fue quien hizo que el disco se desviara con el terrible resultado.

Apolo tomó el cuerpo de Jacinto en sus brazos antes de que se derrumbara. De la sangre de éste brotó una flor en el suelo. Negándose a la idea de separarse de él para siempre, el dios lloró amargamente y de las lágrimas que cayeron sobre los pétalos nació nuestro jacinto actual.

¿Cómo cultivar jacintos?

Si nos gusta esta flor y no tenemos un jardín para ella, no debemos preocuparnos: también podemos cultivarla fácilmente dentro de casa. Para ello existen unos recipientes llamados precisamente jacinteras, que permiten que el bulbo se encharque; aunque, evidentemente, esta flor necesita agua, lo cierto es que es mucho más sensible que otras ante el exceso de la misma.

Se recomienda además echar un poco de sal al agua en el que estemos cultivando nuestros jacintos y cambiarles el agua cada dos semanas. De todas maneras, si tenemos la posibilidad de cultivarlos en tierra, aunque no sea en el jardín sino en macetas en una terraza, correremos un menor riesgo de que se estropee.

Via blogjardineria.com

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