Plantar frutales

Afortunadamente, los árboles frutales ya no son patrimonio exclusivo de los huertos rurales. Eso sí, si quieres disfrutar del placer de cosechar tu propia fruta, lo primero que debes hacer es escoger las especies o variedades que mejor se adapten al clima de la zona donde vas a plantarlas.

Además, deberás decidirte entre comprar frutales en cepellón (solo podrás plantarlo en la época de reposo invernal) o en contenedor (la época de plantación se puede alargar notablemente). Escojas la opción que escojas, deberás tener claro cómo plantar estos árboles. ¡Te damos las claves a continuación!

En contenedor o en el suelo

Puedes plantar un frutal tanto en el suelo como en un contenedor, aunque es importante tener en cuenta que en el contenedor, al contar con menos sustrato, necesitará mayor cantidad de riego y abono que el mismo árbol plantado directamente en la tierra. Además, tendrás que cambiar el árbol a un contenedor mayor cada ciertos años. En el suelo, sin embargo, tendrás que respetar un marco de plantación mínimo, que depende de la especie y de la variedad.

Para espacios reducidos

Si cuentas con un espacio reducido, puede ser una buena idea que cuentes con frutales injertados sobre patrones enanos. De esta forma, contendrás el crecimiento. Otra alternativa es guiar los frutales en espaldera, es decir de forma bidimensional; así ocuparán mucho menos espacio.

Sol, tierra y drenaje

Por otro lado, debes tener en cuenta que la mayoría de los frutales prefieren una exposición soleada y deben estar resguardados de los vientos fuertes. Además, a la hora de la plantación tienes que asegurarte de que la tierra que rodee a las raíces sea de la mejor calidad. La tierra deberá contener materia orgánica (no más del 5% del volumen total) y una textura que permita el equilibrio entre un buen drenaje y una buena retención de agua. Evita plantar en áreas cóncavas que acumulen agua, así como el exceso de riego.

El árbol, al hoyo

A la hora de meter el árbol en el hoyo deberá mantener el cuello de la raíz a la altura que tenía en el contenedor, y no dejarlo muy por encima de la superficie ni demasiado enterrado. Tendrás que introducir un tutor que sujete el tronco hasta que la planta arraigue y se sostenga por sí misma. Además, deberás llenar el hoyo con sustrato de buena calidad, apisonar un poco para que desaparezcan las bolsas de aire y regar en abundancia.

Fuente jardinplantas.com

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