El ciprés de Arizona, también conocido como Arizónica o ciprés blanco, tiene su origen en México y en el sudoeste de Estados Unidos. Es un árbol de porte piramidal y corteza rojiza que si se cultiva en su hábitat natural puede llegar a alcanzar los 20 metros de altura. Sus hojas son perennes, de color verdes oscuro y formadas por pequeñas acículas que tienen forma de escamas.
Es un árbol que produce frutos de color marrón rojizo y de unos 3 centímetros de diámetro. Se suele utilizar para formar setos, tanto en grupos como aislados ya que tiene una gran capacidad para tapar y controlar el viento. Es una gran opción para tu jardín si puedes conseguir las condiciones adecuadas ya que le dará un toque muy elegante y original.
Cuidados básicos
- Ubicación: puede estar en lugares tanto a pleno sol como de semisombra, prosperando igualmente en cualquiera de los dos ambientes.
- Temperatura: es un ejemplar muy resistente en este sentido, tanto a las temperaturas bajas como a las altas.
- Suelo: tampoco es muy exigente en este sentido, le vale cualquiera mientras que esté muy bien drenado.
- Riego: por norma general riega una vez a la semana en verano si el clima es seco, y si no cada 10 días al igual que le resto del año. Deberás regar más en sus dos primeros años de vida, aunque siempre deja que se seque antes del siguiente riego. Es muy resistente a la sequía.
- Poda: la necesita únicamente para darle forma si lo vas a utilizar como seto, siendo la mejor época para hacerla el final del invierno, cuando ya hayan pasado las heladas y no pueda haber más.
- Multiplicación: puede hacerse a partir de semillas por injerto o acodo, aunque la mejor opción si no eres un gran experto es comprarlo ya crecido en un centro especializado o en un vivero.
Via jardinplantas.com
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