Cuidados del Flamboyant o Árbol de la llama

El Árbol de la llama, o más conocido como Flamboyant, es un árbol muy ornamental tanto por su follaje  ”plumoso” como por sus flores, las cuales son de un intenso color rojo.

Originario de Madagascar, hoy se encuentra en los climas cálidos de todo el mundo.

Difícilmente se puede creer que sea una especie en peligro de extinción, pero, lo cierto es que así es.

Debido a la pérdida de hábitat cada vez se encuentran menos ejemplares en Madagascar. Y, al mismo tiempo, cada vez en los climas tropicales se plantan más.

Es un árbol de rápido crecimiento que puede alcanzar los ocho metros de altura, de hoja caduca si el clima es algo frío o semi-caduco. El Flamboyant tiene un sistema radicular agresivo, lo cual significa que necesita mucho espacio para poder desarrollarse y crecer bien.

En los jardines se usa como ejemplar aislado, o bien en alineaciones. También es muy utilizado en la técnica del Bonsái.

Los cuidados que necesita el Flamboyant son los siguientes:

    Colocar a pleno sol. No tolera la sombra.

    Riegos frecuentes, unas tres veces por semana en verano. El resto del año reduciremos los riegos a una o dos veces por semana, dependiendo de nuestro clima (cuanto más seco sea, con más frecuencia habrá que regar).

    Abono: una vez por semana de marzo a octubre. A partir de octubre se aconseja, sobretodo si vivimos en un clima fresco, abonar con Nitrophoska o similar, añadiendo la mitad de la dosis que recomienda el fabricante. Así conseguiremos que resista algo mejor el invierno.

    Sustrato: turba negra sola, o bien con perlita al cincuenta por ciento.

    Es sensible al frío. Proteger los ejemplares jóvenes de las heladas. Los ejemplares adultos, ya establecidos, pueden tolerar hasta tres grados bajo cero si se mantienen poco tiempo.

Reproducción

Se reproduce por semillas, las cuales deberán de ser escarificadas y posteriormente puestas en remojo durante veinticuatro horas. Pasado este tiempo, germinan en pocos días.

Via jardineriaon.com