Existen algunos elementos decorativos para diseñar el jardín. Dentro de estos podemos encontrar PAVIMENTOS, ESTATUAS Y OTROS ADORNOS DEL JARDIN. Un jardín, hasta el más modesto, debe tener nn camino; a medida que aumenta su tamaño, crecerá proporcionalmcnte él número y el tamaño de sus caminos. Nunca deberá construirse un camino de tierra: es antiestético, difícil de conservar y sucio.
A lo sumo podrá permitirse en concepto de senda de algún rincón que imite lo agreste. Todo camino deberá ser realizado sobre cimiento compacto. Deberá ser duro, un verdadero pavimento. Algunas veces se construyen caminos de arena. Si bien poseen la ventaja de su baratura y de asimilar rápidamente el agua de lluvia, no son recomendables.
Resultan incómodos al paseante, deben ser emparejados constantemente, producen un efecto poco atractivo y deben reponerse con frecuencia. La liarnada entre nosotros “granza”, que es ladrillo fraccionado en porciones muy pequeñas, la grava o “canto rodado” y los guijarros en general, pueden ser considerados como constituyentes de un pavimento muy decorativo.
Otro tanto puede decirse del polvo de ladrillo apisonado. El pavimento de cemento armado formando un solo block, es práctico pero poco estético.
El de ladrillos enteros dispuestos de muy distintas formas con el objeto de formar varios tipos de dib ujos, ofrece muy buen aspecto pero resulta poco económico; además presenta la desventaja de tener que limpiarse con frecuencia para evitar que se apague su tono rojizo característico, y el de permitir que crezca en su superficie musgo (en lugares húmedos) o plantas silvestres entre los espacios libres. Los pavimentos realizados con lajas de piedra son, en nuestro concepto, los más indicados para todo tipo de jardín.
Dejando separaciones adecuadas entre las lajas y sembrando césped entre ellas, posibilitan lograr los más variados efectos decorativos y son, además, prácticos desde todo punto de vistaEn la figura se han representado algunos de los dibujos que pueden lograrse. En contra del pavimento de piedra podría alegarse que es poco económico. Si tal resultase, la solución es fácil: reemplazar la piedra natural con lajas artificiales de cemento armado,
La confección de estas lajas no puede ser más sencilla, debiendo fabricar para ello el molde (de madera o cintas flexibles de hierro), preparar una argamasa compuesta de tres partes de arena por una de cemento pordand, vertirla dentro del molde de forma que no lo llene completamente, dejar que se endurezca un poco, y por último rellenar el molde hasta el tope con una mezcla constituida por dos partes de arena fina por una de cemento blanco.
Esta última mezcla, si se desea, puede ser combinada con anilinas apropiadas para dar a las lajas algún tono determinado. En la figura se ha representado esquemáticamente todas estas operaciones para facilitar su interpretación.
Via verde-jardin.com.ar
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