Tras unos meses en los que hemos tenido que prestarle mucha atención al huerto, ahora llegamos a una época en la que podemos tomarnos un pequeño respiro, lo que no quiere decir que tengamos que descuidarlo.
Noviembre es un mes de temperaturas bajas y fuertes vientos. Las hojas caen sobre el suelo y es importante recogerlas con frecuencia para evitar que transmitan enfermedades al suelo y dificulten su aireación. Con las hojas se puede hacer un mantillo o un compost de calidad. En cuanto al huerto, permanece en una especie de letargo y los trabajos a realizar son básicamente de mantenimiento. Te los contamos a continuación.
Proteger los cultivos
Una de las tareas imprescindibles durante el mes de noviembre es la de proteger los cultivos de las posibles heladas. Las plantas más expuestas se deben proteger con algún material de protección de cultivo o con paja o tallos de maíz. Otra solución es instalar invernaderos, en los que se consigue mantener una temperatura al menos 5ºC superior a la exterior. Lo más importante es controlar la ventilación, especialmente en los días más calurosos.
Riego y enfermedades
Durante esta época se reduce la frecuencia de riego y, además, prácticamente desaparecen los problemas asociados a enfermedades y plagas, pues el frío no tiene muy buena acogida entre los insectos.
Por otro lado, cuando los cultivos de verano hayan acabado su ciclo será importante arrancar las plantas y, si es posible, reciclarlas y convertirlas en compost.
Siembre y cosecha
Además, antes de que llegue el frío de diciembre, puedes sembrar ajos, espinacas, escarolas, habas, lechugas, patatas, zanahorias, cebollas y canónigos. En cuanto a la cosecha, dependerá de los cultivos que se hayan sembrado a finales de verano y a principios de otoño.
Via jardinplantas.com
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