El rodillo de jardín tiene como función alisar la tierra en la que plantarás las hortalizas o verduras de tu huerto, así como el césped de tu jardín. Este utensilio puede estar fabricado con diferentes materiales, en función del tipo de terreno en el que se vaya a utilizar y del tipo de actividad que se le vaya a dar.
Habitualmente, los rodillos de jardín se fabrican con metal, piedra, goma o plástico, por lo que te aconsejamos que, antes de elegir uno concreto, consultes con un profesional para que te asesore. Para hacerte una idea, puedes tener en cuenta que, cuanto más dura sea la tierra que vayas a trabajar, más duro tendrá que ser el material del rodillo que vayas a emplear en ella.
Sácale el máximo partido a tu rodillo de jardín
Una de las utilidades que tiene el rodillo es evitar que los pájaros se coman las semillas que plantes, pues puedes aplanar la tierra después de sembrar, de manera que ocultes las semillas de los posibles intrusos. Es posible encontrar rodillos en cualquier tienda de jardinería, pero, como ya hemos mencionado antes, primero debes tener en cuenta el tipo de tierra antes de comprarlo.
Según la tarea a realizar, necesitarás que esta herramienta pese más o menos y, para ello, tendrás que rellenarla, pudiendo optar por usar agua o arena para que alcance el peso ideal. Una vez que ya tengas el rodillo preparado para su uso, lo mejor es que dividas tu huerto o jardín en miniparcelas rectangulares, tomando como medida el ancho del rodillo para que te sea más fácil trabajarlas.
No es necesario que hagas más de una pasada en cada parcela para que el rodillo sea efectivo. Esto te ayudará a conseguir un resultado más uniforme y, por tanto, mejor.
Via hogar.mapfre.es
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