El árbol que os presentamos hoy es un árbol de una belleza singular. Posee flores muy, muy bonitas, que adornan el jardín de una manera espectacular. Tanto es así, que poco tienen que rivalizar con las flores de otras plantas igual de ornamentales, como las de las orquídeas. En efecto, estamos hablando del magnolio, una planta que te dará grandes satisfacciones.
Aprendamos cómo cuidarlo.
El magnolio es un árbol que muchos nos hace pensar que necesita espacio para poder desarrollarse y crecer debido a las dimensiones que alcanza una vez llega a la edad adulta, pero lo cierto es que a pesar de que crezca hasta una altura de treinta metros, su diámetro de copa se puede reducir mediante podas realizadas hacia finales de otoño o principios de primavera. Incluso con el tiempo tiene tendencia a adoptar un porte piramidal.
Es originario del continente americano y del asiático. En ambos se le encuentra creciendo por encima de los 2300m de altitud sobre el nivel del mar. Para disfrutar de sus flores habrá que esperar al verano, pero la temporada de floración se alargará hasta bien entrado el otoño, permitiéndonos así contemplarlas por varias semanas.
Las flores son bastante grandes si las comparamos con las que suelen tener los árboles. Tienen un diámetro entre los 5 y los 10cm. Éstas permanecen abiertas muy poco tiempo, pero florece en tal cantidad que es algo que realmente no supone un problema.
Pon un magnolio en tu jardín si vives en un clima templado, es decir: inviernos frescos y veranos suaves (con temperaturas no superiores a los 30 grados), y si el terreno tiene un pH bajo -entre 4 y 6-. Este es un árbol que si está plantado en tierra caliza, presentará deficiencias de hierro, algo que hará que las hojas tengan clorosis férrica.
No se le conocen plagas ni enfermedades potencialmente peligrosas, pero no te olvides de abonarlo con un abono orgánico durante todo el periodo de crecimiento para que goce de un buen estado de salud.
Via jardineriaon.com
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