La decoración de nuestro jardín es igual de importante que la de nuestra casa, por lo que también hay que prestarle la atención que se merece. Sobre todo cuando llega la primavera y los días soleados son cada vez más abundantes, a todos nos gusta disfrutar del buen tiempo tanto tumbándonos en una hamaca en el jardín o tomando un aperitivo con nuestros amigos mientras los niños se divierten jugando. Hagamos lo que hagamos en él, nuestro jardín lucirá más bonito si colocamos piedras decorativas.
Piedras decorativas blancas: una tendencia que nunca pasa de moda es decorar nuestro jardín con piedras decorativas de color blanco. Inspiradas en el blanco característico de las casas del Mediterráneo, las piedras blancas aportan luminosidad a nuestro jardín. Lo más habitual es colocarlas alrededor de los árboles de nuestro jardín o creando una especie de camino hasta la puerta de nuestra casa.
Piedras decorativas de colores: otra opción es decorar nuestro jardín con piedras de colores naturales como tierra, ocre o tonos de marrón anaranjado. Con las piedras de colores podemos separar las distintas zonas de nuestro jardín o también crear dibujos y collages con ellas.
Rocas: también podemos utilizar rocas de tamaño más grande para crear una especie de montaña en nuestro jardín. Se recomienda colocarlas en un punto elevado para darle un toque más vistoso.
Otros elementos decorativos del jardín
También podemos combinar las piedras decorativas con otro tipo de elementos para jardín como fuentes, estanques o bancos. Una forma original de decorar con piedras es rodear un pequeño estanque delimitando su perímetro con ellas. Además, también podemos encontrar sets de piedras decorativas en los que cada piedra decorativa tiene una forma diferente, por lo que podemos combinarlas de manera original. Después podemos añadir peces y quizás una pequeña caída de agua para que resulte más relajante.
Piedras en el jardín zen
Las piedras decorativas también son un elemento importante en los jardines zen. Este tipo de jardín es un lugar para la meditación y la paz interior, inventado por los monjes Zen. La superficie de este tipo de jardín se recubre con grava o gravilla y se colocan una serie de piedras o rocas distribuidas de manera, aparentemente aleatoria. Según la filosofía zen, las piedras no deben colocarse en el centro del jardín y es preferible que se trate de un número impar de piedras, ya que dan buena suerte. Un dato curioso sobre los jardines zen es que se debe rastrillar de forma paralela a la plataforma que los rodea, mientras que se rastrilla en forma de anillos alrededor de las piedras.
Descubre las infinitas posibilidades que te ofrecen las piedras decorativas para crear un jardín perfecto en el que disfrutar con tu familia y amigos y desconectar del ajetreo de la rutina diaria.
Via westwing.es
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