Lleva a tus limoneros al máximo exponente



Indudablemente, los cítricos están de moda y uno de ellos es el limonero. Ya tengamos intención de explotarlo a nivel comercial en finca o simplemente por la razón de cuidar unos cuantos en nuestro huerto, aquí te dejamos algunos consejillos sobre un plan de abonado del limonero.

Como estamos enganchados a la fertirrigación y consideramos que es el mejor medio para abonar un cultivo, vamos a aportar todas las necesidades nutricionales del cultivo a través de este método. ¿Por qué?

Muy sencillo, mira esto:

    Se puede regar con aguas de baja calidad, manejando adecuadamente la aportación de agua.
    No se necesita mano de obra prácticamente para aportar nutrientes a los cultivos.
    Localizamos los nutrientes esenciales para el cultivo en su bulbo húmedo. Por tanto, hablamos de mayor eficiencia.

Dos cosas básicas, aparte de muchas otras, hay que tener en cuenta a la hora de realizar un plan de abonado. Ver las necesidades fertilizantes que tiene dicho cultivo y la dosis de riego que vamos a aplicar al cultivo dependiendo de la época en la que nos encontremos.

Lo primero, saber las necesidades totales del cultivo, es un parámetro muy fácil de obtener si ojeamos un poco bibliografía o incluso internet. Sin embargo no es tan sencillo repartir dichas necesidades a lo largo del ciclo de cultivo, pues las necesidades de nitrógeno, por ejemplo, no serán las mismas al principio que al final. Y, evidentemente, lo mismo ocurre con el fósforo y el potasio, si hablamos de macronutrientes primarios.

He aquí el secreto de un plan de abonado correcto, aportar en el momento justo la cantidad exacta de cada producto nutricional. Vamos a verlo.

Necesidades de agua del limonero

Muchos agricultores no suelen establecer unas horas de riego basadas en un aspecto técnico, simplemente se basan en su buen hacer, y ojo, muchos no suelen fallar.

Sin embargo, si se quiere hacer bien, la Consejería de agricultura de cada zona aporta información exacta de las necesidades hídricas de cada cultivo dependiendo de la zona donde se encuentre.

Aunque dependerá de la zona, estos son unos valores medios de nº de riegos por meses, en zonas cálidas del mediterráneo:

    Enero: 2 riegos por semana.
    Febrero: 3 riegos por semana.
    Marzo: 20 riegos al mes.
    Abril: riego todos los días.
    Mayo: riego todos los días.
    Junio: riego todos los días.
    Julio: riego todos los días.
    Agosto: riego todos los días.
    Septiembre: riego todos los días.
    Octubre: 10 riegos al mes.
    Noviembre: 14 riegos al mes (8 la primera quincena y 6 la segunda)
    Diciembre: 2 riegos/semana.

A esto hay que restarle el agua aportada a través de la lluvia. Si tenemos un mes lluvioso podemos reducir las aportaciones de agua al mínimo, o incluso cortarlas, como en los meses de diciembre o enero.

Recordad también la técnica del riego para reducir los efectos dañinos de las heladas.
Plan de abonado variedad Fino

La producción media suele estar contemplada en los 45.000 kg/ha, aunque dependerá del marco de plantación. Lo normal es uno de 7×6 o 6×5, con un número de árboles por hectárea que fluctúa entre 250 y 350, como norma general.
Necesidades nutricionales (UF):

    Nitrógeno (N): 190-200 UF/ha
    Fósforo (P2O5): 64 UF/ha
    Potasio (K2O): 137 UF/ha
    Calcio (CaO): 17 UF/ha
    Magnesio (MgO): 10 UF/ha

Ahora, el quid de la cuestión. ¿Cómo repartimos esto?

    ENERO: 6,25 UF fósforo/ha
    FEBRERO: 12,5 UF fósforo/ha
    MARZO: 18,5 UF nitrógeno/ha + 14 UF potasio/ha
    ABRIL: 38,5 UF nitrógeno/ha + 20,2 UF potasio/ha
    MAYO: 37,3 UF nitrógeno/ha + 20,3 UF potasio/ha + 8,7 UF calcio/ha + 2,9 UF magnesio/ha
    JUNIO: 31 UF nitrógeno/ha + 14 UF potasio/ha
    JULIO: 7,3 UF nitrógeno/ha + 9,3 UF fósforo/ha + 13,8 UF potasio/ha
    AGOSTO: 12,3 UF nitrógeno/ha + 20,2 UF potasio/ha
    SEPTIEMBRE: 37,3 UF nitrógeno/ha + 20,2 UF potasio/ha + 8,7 UF calcio/ha + 2,9 UF magnesio/ha
    OCTUBRE: 4,6 UF nitrógeno/ha + 13,8 UF potasio/ha
    NOVIEMBRE: 9,4 UF fósforo/ha

Joé, pero…¿eso a cuantos kg de abonos convencionales equivalen?

Bueno, podemos simplificar aún más este plan de fertilización. Veamos.




















Con estas cantidades añadidas por meses cubrimos las necesidades del limonero. Nunca está de mal realizar aportes extras de materia orgánica, cuyo objetivo es mejorar la estructura del suelo y con ello conseguir una mejora en la conservación de humedad e intercambio de minerales.

Hay agricultores que, por comodidad, suelen aplicar ácidos húmicos, buscando una mejora en el enraizamiento, una respuesta en el cultivo y, cómo no, una mejora del suelo.

La aplicación de materia orgánica sólida, como el estiércol es laboriosa y a menudo se necesita maquinaria especial. Sin embargo, con los ácidos húmicos o fúlvicos, al ser líquidos, se pueden aplicar directamente sobre el sistema de riego. Eso sí, ¡cuidado con la obstrucción de los goteros!

Más cosas a tener en cuenta…

En este plan de fertilización sólo se ha tenido en cuenta la aportación de los macronutrientes esenciales. Estos son, nitrógeno, fósforo y potasio, y calcio y magnesio como secundarios. Sin embargo, los cítricos demandan gran cantidad de microelementos como el hierro, el zinc o el manganeso.

De sobra sabrás las veces que hemos mencionado la clorosis férrica, muy común en este tipo de cultivos. Dependiendo de como se trabaje, hay veces en los que se aportan micronutrientes de forma continuada, ya que en el mercado hay mix en el que se incluyen gran cantidad de ellos.
Quelatos y sulfatos de hierro

Los quelatos de hierro aplicados vía radicular también son interesantes para aportar las notables necesidades de este mineral que demandan los cítricos, sobre todo en zonas de suelos calizos.

¿cuándo aportarlos? La mejor época para hacer estas aportaciones de hierro (quelatos o sulfatos, por ejemplo) suelen ser en marzo y en agosto.
Cómo situar los goteros desde el inicio de plantación

Un error muy común a la hora de cultivar es situar los goteros o aspersores pegados al tronco. De esta forma pensamos que toda el agua que salga será aprovechada. Todo lo contrario. Las raíces están repartidas alrededor del tronco, y llegan a ocupar una superficie que, en general, es semejante a la parte aérea.

Si tenemos un cultivo joven de limonero, situaremos los goteros a 25 cm, más que suficiente para que las raíces vayan desarrollándose poco a poco y ganen superficie.

Cada año, separaremos otros 25 cm la distancia de los goteros del tronco. Es decir, los situaremos a 50 cm (los 25 cm de antes más los de ahora). Así continuaremos al siguiente año, según vaya creciendo el cultivo, hasta llegar al metro de separación total.

Como recomendación decir que es interesante colocar 4 goteros de bajo caudal alrededor de todo el tronco, que 2 goteros de mayor caudal en una única parte. Con ello conseguiremos una mayor respuesta del cultivo, una dispersión homogénea de las raíces y un mejor estado sanitario del limonero.

Via agromatica.es

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