Crea una huerta en tu jardín

Tener tu propia huerta te beneficiará desde varios puntos de vista: las verduras que consumas estarán siempre frescas, tendrás todo lo que necesitas en tu hogar y las verduras no estarán contaminadas con pesticidas.

Mucha gente le encanta tener su jardín con muchas plantas y flores, pero si tienes un lugar que puedas destinar para tener tu huerta en casa, tendrás muchas satisfacciones a la hora de cocinar con lo que tu cosechaste. Además, las frutas y verduras cosechadas en casa o en huertas orgánicas tienen un sabor que poco conocemos, el sabor original.

Puedes hacer tu huerta orgánica en una zona que no sea de frecuente paso. En caso de tener animales, hazle un cerco de cañas, maderas u otro elemento que tengas, para impedir que ingresen. Elige un lugar que reciba mucho sol. En caso de vivir en una zona de sequía, debes tener un cercano acceso al agua.

Limpia el área donde se asentará la huerta. Tienes que sacarle las hierbas, las malezas, las plantas viejas y las piedras. Aprovecha esos residuos naturales para tu compost.

Ara la tierra, una vez que hayas limpiado el terreno. Utiliza una azada de mano o una máquina eléctrica para removerla bien. Debe estar húmeda para comenzar a arar.

Abona la tierra para que sea más fértil y las verduras crezcan fácilmente. Utiliza abonos orgánicos como el compost, el estiércol o algún otro que pueda recomendarte un especialista. Extiende una capa de 4 cm de abono y remuévelo bien así se mezcla con la tierra de la superficie.

Para plantar, realiza un diseño de tu huerta. Infórmate cómo crece cada verdura que plantarás, cómo las agruparás y qué distancia deben tener entre ellas para crecer bien. Haz surcos cada 30 cm, que crucen toda la huerta. Esto organizará tus verduras y te permitirá moverte dentro de la huerta. Pon algunos ladrillos, piedras o maderas dentro de esos surcos para que puedas caminar entre las verduras sin pisarlas.

Si quieres plantar zanahorias, esparce las semillas en todo el terreno. Fíjate que queden 2 cm. bajo tierra. Si quieres cultivar remolacha, lechuga o rábano, siembra las semillas cada 15 cm.

Riega el jardín de hortalizas cada ocho días con agua sin presión.  Pon fertilizante a 15 cm. del tallo de las plantas.

En dos meses, podrás disfrutar de tu jardín de hortalizas.

Vía: bezzia.com

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