En África encontramos plantas singulares, que se han adaptado a vivir en un clima que puede ser demasiado hostil para la vida. En este continente, encontramos el gran desierto del Sáhara donde apenas hay vida, pero en el sur y cerca de los ríos quedan los restos de lo que debió de ser una impresionante selva tropical hace 55 siglos.
Una de esas magníficas plantas es la Cordia africana, un árbol que ha sido utilizado por los aborígenes en la fabricación de tambores, y que posee unas flores realmente bonitas.
Características de la Cordia africana
Nuestro protagonista es un árbol originario, como su propio apellido indica, de África. Se le puede encontrar en Senegal, Mali, Etiopia, Kenia, Mozambique, Tanzania, el Congo y en la isla de Madagascar, desde los 500 hasta los 2700 metros sobre el nivel del mar. Es una planta que, si se dan las condiciones adecuadas, puede llegar a crecer un metro por año hasta alcanzar los 10-15 metros.
Es una planta muy bella, con un tronco más o menos recto y la copa aparasolada, la cual te permite protegerte del sol durante los meses más cálidos. Sus flores aparecen en grupos de más de 10, por lo que verlo florecer es toda una experiencia . Además, florece a partir de los 3 años de edad.
¿Cómo se cuida?
Es una especie muy rara, pero a veces te puedes encontrar semillas o plantones a la venta en Internet. Si has tenido suerte, sigue nuestros consejos para tener tu ejemplar de Cordia africana:
Ubicación: exterior, a pleno sol.
Riego: moderado, cada 2-3 días en verano, y cada 3-4 días el resto del año.
Suelo o sustrato: ha de tener muy buen drenaje para evitar que las raíces se pudran. Si lo vas a tener en maceta puedes usar sustratos arenosos (pómice, akadama, o similares).
Abonado: en primavera y verano se debe abonar con abonos minerales, como el Nitrofoska.
Multiplicación: por semillas en primavera-verano. Siembra directa en semillero.
Rusticidad: puede soportar heladas de hasta los -1ºC.
Via jardineriaon.com
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