Conocer y saber interpretar el equilibrio y riqueza de los fertilizantes y abonos para nuestras plantas es fundamental a la hora de establecer tanto el momento de su aplicación como el de sus dosis.
Formulados de fertilizantes y abonos
El equilibrio y riqueza de los fertilizantes y abonos está referenciado en la etiqueta y es de obligada identificación.
La riqueza de los fertilizantes y abonos viene referida por tres números principales, asociados a las letras N-P-K. Estas hacen referencia al porcentaje de riqueza que lleva ese abono en concreto de nitrógeno, de fósforo y de potasio. Son los que componen el grupo de macronutrientes por ser los de mayor demanda por parte de la planta.
El nitrógeno viene indicado en su totalidad, por lo que puede a su vez estar desglosado según su estado en la formulación: nítrico, amoniacal o ureico. Cada una de estas variables indica el estado del nitrógeno y como consecuencia directa la velocidad de asimilación por parte de la planta.
En estas mismas etiquetas de los fertilizantes y abonos, junto a las cantidades referidas de N-P-K-, también encontraremos otras cantidades y letras. Son las referentes a los microelementos, también llamados oligoelementos, como por ejemplo el Fe (hierro), Mg (magnesio), Cu (cobre), Mn (manganeso), B (boro), Zn (Zinc), S (azufre), Mo (molibdeno), Ca (calcio), etc.
Estas identifican y dicen su cantidad. Y aunque son requeridas por las plantas en mucha menos cantidad, no dejan de ser vitales para su vida.
Por lo tanto, una riqueza 18-12-24 quiere decir que de cada 100 kilos de abono, 18 son de nitrógeno, 12 de fósforo y 25 de potasio.
De la misma forma, esta riqueza (18-12-24) es mucho mayor que otra como por ejemplo 8-5-10, implicando que la dosis de aplicación de la primera será menor que en la segunda para aplicar una misma cantidad de fertilizante real.
El equilibrio de los fertilizantes y abonos es un concepto muy importante, indicando el porcentaje que hay en relación a los tres principales nutrientes antes referidos entre sí.
Para su interpretación, debemos de saber que el nitrógeno siempre es el ‘1’. Por lo tanto, si tenemos un equilibrio “1-0,5-2”, indica que por cada unidad de nitrógeno, hay media de fósforo y dos de potasio. Esta relación es muy importante a tenerla en cuenta tanto para determinados tipos de plantas, como para la época de aplicación.
Como norma general y salvando las acepciones, los abonados con más nitrógeno deben de aplicarse sobre todo al comienzo de la vegetación y durante el período de crecimiento activo.
El fósforo participa en los compuestos relacionados con la captura y trasporte de la energía dentro de la planta, favoreciendo la formación de las flores y el sistema radicular y de ahí, el que se tenga en cuenta antes del comienzo de la floración para prevenir su carencia.
Y el potasio está relacionado con el metabolismo de los hidratos de carbono, asociándose con la producción de flores y frutos, así como la tolerancia a los fríos, siendo muy importante su aportación hacia la época de maduración de los frutos y sobre todo de cara al invierno.
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