Existen diferentes tipos de abono que contribuyen al crecimiento de nuestras plantas. El compost orgánico, que se obtiene a partir del compostaje, es uno de ellos. En realidad el compost siempre es orgánico ya que se trata del grado medio de descomposición de la materia orgánica, mientras que el humus implica un grado superior.
El compostaje es el ciclo aeróbico de descomposición de la materia orgánica, ya que cuenta con una elevada presencia de oxígeno. Los restos vegetales o animales y los excrementos, por ejemplo, pueden someterse a un proceso natural de descomposición aeróbica para obtener el compost.
Ciertas bacterias que están presentes por causas naturales en los materiales orgánicos se encargan de la descomposición, la cual, por lo general, no suele implicar la putrefacción de los residuos. Además de las bacterias, los hongos, las lombrices de tierra, los caracoles y las hormigas también contribuyen a la degradación de la materia orgánica.
El compost se emplea en la jardinería como abono, aunque también puede usarse para recuperar el suelo o controlar la erosión. Puedes preparar compost en tu propio hogar para utilizar en el jardín.
Elaborar compost
Restos de césped verde, malas hierbas y estiércol de caballo, conejo o gallina aportarán el nitrógeno necesario para el compost. El carbono, que también es imprescindible, puede proceder de hojas secas, cartón y hojas desmenuzadas de periódico. Mezcla todo en la proporción de tres partes de carbono por una parte de nitrógeno
Fabrica o compra una pila para cocinar tu compost orgánico y, cuando esté preparado, distribúyelo en el jardín al comenzar la primavera.
Via: floresyjardin.
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