Lo primero que tendremos que comprobar es si han crecido malas hierbas en estas antiestéticas calvas, y si es así extraerlas, antes que nada. A continuación, lo más recomendable es quitar la capa verde por completo, cavar, rellenar con sustrato y luego, mediante una pala u otra herramienta expresamente pensada para esta clase de tareas, asegurarnos de que nivelamos bien el suelo para que no se note el “arreglo” con respecto al resto del césped. Un tanto tedioso, como veis, pero por fortuna fácil de arreglar.
Una operación similar podemos realizarla con los hoyos que nos encontramos en el suelo, que pueden estar causados simplemente por nuestro paso a diario por el jardín o bien por lluvias y precipitaciones. Se recomienda mezclar el sustrato abonado con arena de río, en caso de que dispongamos de ella.
Los tepes, para evitarnos complicaciones
Es posible que no tengamos demasiada habilidad en las tareas del jardín pero queramos que nuestro césped quede perfecto… y no se nos da muy bien eso de nivelar. En tal caso, antes de hacer un estropicio, una buena solución puede ser utilizar tepes. Siempre que las zonas dañadas no sean demasiado extensas, claro está, porque entonces el contraste puede provocar el efecto contrario y romper del todo con esa estética que nos interesa conseguir.
Via blogjardineria.com
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