Originaria de África del Sur, la Crassula Ovata o Árbiol de Jade es una planta perenne de la familia de las Crassulaceae, cuyo cultivo se ha hecho muy común en muchos de nuestros jardines y terrazas, ya que se adapta estupendamente a vivir en macetas.
Se trata de un arbusto suculento, con ramas gruesas, leñosas y marrones, del que crecen hojas en pares opuestos. Estas hojas son de color verde, redondas y carnosas, que pueden medir entre 3 y 6 centímetros, y superficie suave y brillante.
El árbol de jade es una planta que prefiere estar en semisombra ya que cuando se la expone al sol en exceso, sus hojas pueden tornarse de color rojizo.
Durante esta época del año, (otoño – invierno) puede llegar a florecer, dando lugar a racimos de pequeñas flores estrelladas de color blanco o rosa claro.
sNo es una planta que requiera riegos abundantes, sobre todo en invierno, ya que sus hojas pulposas retienen bastante agua y cuando notan su escasez, tienden a arrugarse.
En cuanto al clima, no soportan bien las temperaturas inferiores a 5 grados ni el calor excesivo. Por este motivo, son indicadas para zonas costeras, donde llegan a alcanzar un desarrollo mayor, siendo habitual podarlas para darles consistencia arbórea.
En zonas donde sean habituales las heladas, es mejor evitar los riegos.
En interior se adapta y desarrolla muy bien, aunque es más difícil que florezca.
Se multiplica bien por esquejes y plantando sus tallos.
Las Crassulaceae cuentan con numerosas clasificaciones inferiores, las más curiosas de las cuales, iremos viendo más adelante.
Via .plantasyjardines.es
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