Haciendo una reflexión sobre lo comentado en la primera linea de esta entrada me doy cuenta de que posiblemente noviembre debería ser así y no con el frío con el que lo hemos vivido estos últimos años. Noviembre queramos o no, sigue siendo otoño.
De hecho estamos en plena estación y el frío invernal debería llegar hacia finales de mes o principios de diciembre si somos matemáticamente rigurosos. No digo que no deba hacer frío pero hemos tenido noviembres con fríos propios de enero. A alguien escuché hace tiempo que la humanidad está viviendo dos estaciones de solsticio y otras dos microestaciones de equinoccio.
Los otoños y primaveras son microinviernos y microveranos pero se no hay una estación otoñal de 3 meses como cabría pensar en un año climático normal. ¿Pero qué es un año climático normal? Creo que a día de hoy, todavía no se sabe. Siempre hay alguna variable que se dispara por encima o por debajo de las medias habituales. Sea como fuere, noviembre tiene esos días que da gusto estar al sol y días que mejor quedarse en casa, situación que nos recuerda lo que nos espera de aquí a unas pocas semanas.
El acolchado brillará… por su ausencia
Se acerca el frío, la lluvia está presente. El riego hace cada vez menos falta y la humedad se retiene bastante en la tierra. Los acolchados realizados durante todo el año para optimizar el agua de riego y mantener una humedad adecuada y constante empiezan a tener poco sentido. Es más, pueden llegar a ser perjudiciales en zonas climáticas con altas precipitaciones durante estos meses. La acumulación excesiva de humedad puede favorecer enfermedades criptogámicas entre otras cosas. Así que va siendo hora de retirar acolchados. ¿Y donde pueden ir? ¡Qué mejor sitio que la pila de compost! ¡Es una cantidad ingente de material vegetal compostable que aumentará nuestras reservas de compost para la siguiente primavera!
Las heladas machacarán los cultivos remanentes del verano y otoño
Conozco a más de uno que en noviembre se le hielan los tomates. Hay algunos de maduración tardía que pueden aguantar otoños benignos como este de 2013 pero en noviembre suelen llegar días (en climas fríos de interior) en los que que el mercurio baja por debajo de 0ºC y eso echa al traste muchos cultivos “residuales” más propios de tiempos más cálidos.
Por ello, nuestra recomendación es que no intentes apurar demasiado estos cultivos porque ahora con los días más cortos y las temperaturas tan bajas, su desarrollo está ralentizado y no van a conseguir madurar antes de que el frío los machaque. Es más recomendable terminar de arrancarlos y preparar las parcelas o bancales para cultivos más propios del invierno.
Las hierbas adventicias remiten
El huerto en noviembre empieza a ralentizar todos los procesos biológicos de las plantas en general y las adventicias no escapan tampoco a este fenómeno (¡¡menos mal!!). Después del frenesí de la primavera y el verano, los cultivos y sus competidores empiezan a darnos algo de tregua. Aunque no del todo porque seguimos sembrando, trasplantando y recolectando algunas cosas. Veamos el qué.
Qué sembrar en el huerto en noviembre
La siembras directas se reducen a unos pocos cultivos como las espinacas, coles, repollos lechugas o rabanitos. También remolacha en siembra otoñal para zonas cálidas del sur. El hinojo suele ser cultivado en algunas zonas del sur hacia septiembre y octubre siendo a veces la primera quincena de noviembre la fecha límite. Como podéis observar, el huerto se va quedando más apagado en productos pero eso no significa que no tengamos que seguir trabajando.
Las recolecciones del huerto en noviembre
En zonas cálidas todavía existe la gran suerte de seguir cosechando tomates, berenjena y calabacines. Productos que en las zonas más frías ya ni se huelen, salvo que vayamos a las tiendas a comprarlos. Según las zonas (como siempre) todavía quedan algunos cultivos de los que sacar provecho como coles, apios, alcachofas, espinacas, lechugas, rabanitos, remolachas… Todavía una gran variedad de productos de los que podremos disfrutar.
Como podemos ver, las recolecciones pueden ser algo abundantes todavía pero las siembras empiezan a ser mucho menores, síntoma del parón invernal. Afortunadamente, hemos sabido adaptar y sacar provecho de muchos cultivos durante todo el año y siempre tendremos algo de lo que echar mano en el huerto.
Via .agromatica.es
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