Cómo cuidar la planta Nandina
En China y Japón crecen plantas espectaculares, como los arces japoneses o como nuestra protagonista, la Nandina domestica, aunque quizás lo conozcas más por sus otros nombres, como Bambú sagrado o, simplemente Nandina. Esta planta es un arbusto de hoja perenne ideal para tener en cualquier tipo de jardines, ya sean grandes o pequeños, y también sirve para decorar patios y terrazas.
Pero, ¿sabes cómo cuidar la planta Nandina? Tanto si acabas de entrar en el mundo de la jardinería como si ya llevas un tiempo y quieres tener un arbusto diferente a los que se pueden encontrar en los viveros en las mejores condiciones, este artículo es para ti.
La Nandina domestica es una planta que se caracteriza por tener hojas verdes que se tornan rojas o anaranjadas en otoño. Alcanza una altura de unos 2m, y resiste sin problemas las heladas de hasta los -7ºC, pero no así las temperaturas demasiado altas; de hecho, si se sitúan por encima de los 35ºC hay que mantenerla con el sustrato/suelo húmedo para evitar que se sequen sus raíces. Es importante que el pH de la tierra sea ligeramente ácido, entre 5 y 6, para evitar que sus hojas tengan clorosis, y que tenga buen drenaje. En el caso de que la queramos tener en maceta, usaremos un sustrato para planta acidófilas mezclado con un 20 o un 30% de perlita.
El riego tiene que ser frecuente, sobretodo en los meses más calurosos del año. Como norma general, tenemos que regar cada 3 días en verano y cada 7-8 días el resto del año. En caso de duda, hay que comprobar la humedad del suelo/sustrato, introduciendo por ejemplo un palo delgado de madera hasta el fondo y, al sacarlo, ver si sale más o menos limpio, lo cual nos indicaría que la tierra está seca, o si por el contrario sale con mucha tierra adherida.
La ubicación más idónea será aquella en la que pueda estar expuesta al sol directo, excepto si el clima es muy cálido, como el mediterráneo por ejemplo, donde crecerá mucho mejor en semisombra. De todas maneras, para ayudarla a que esté aún más bonita, podemos abonarla en primavera y verano con abonos específicos para plantas ácidas siguiendo las indicaciones especificadas en el envase.
No se le conocen plagas ni enfermedades, y tampoco es necesario podarla. Eso sí, si ves que está teniendo un crecimiento desordenado y quieres darle forma, puedes hacerlo a finales del invierno, cuando el riesgo de heladas haya pasado.
Via jardineriaon.com
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